18/09/2020

No somos perfectos, eso es evidente. Todos hemos empezado desde cero y en la práctica hemos cometido muchos errores, que con el paso de los años hemos aprendido a corregir. Sin embargo a veces el tiempo corre más que nosotros, cambiando normas e introduciendo nuevas formas de ver el mundo del diseño gráfico, por lo que nos encontramos en un estado continuo de aprendizaje en el que siempre habrá algo que mejorar.

Aquí os dejamos una lista de los errores más comunes que se cometen a la hora de afrontar un diseño. Algunos son más bien propios de principiantes (todos lo hemos sido) pero otros, sorprendentemente, se dan en ámbitos profesionales más a menudo de lo que podríamos imaginar.

1. Entender al cliente

Desde el primer momento es muy importante que entendamos las necesidades de nuestro cliente. Sin una idea clara de lo que el cliente quiere, el trabajo puede convertirse en una auténtica pérdida de tiempo. Tomar notas desde el principio y mantener contacto con el cliente, asegurará que el trabajo que estamos realizando va en la buena dirección.

2. Utilizar una tipografía incorrecta

Elegir una tipografía puede parecer fácil, pero no lo es. Hoy en día hay muchas webs con amplios catálogos donde se pueden descargar tipografías de forma gratuita. Pero ten presente siempre las condiciones de uso, muchos no quieren que sus diseños se usen con fines comerciales, así que te podrías ver con un grave problema si tienes que empezar tu trabajo de nuevo porque has elegido una tipografía que no puedes usar.

3. Saturación de tipografías

Utilizar muchas tipografías de diferentes estilos puede hacer que el diseño se vea saturado y confuso. Un diseño claro y limpio es crucial para facilitar la lectura y hacer llegar el mensaje. Lo normal es ceñirse a dos fuentes diferentes.

4. Cuidado con las fotos de stock

Las fotos de stock llegaron para salvarnos la vida pues no solo facilitan el trabajo, sino que nos ahorran muchísimo tiempo de producción. Pero ojo, hay que tener cuidado y ser muy selectivos con las fotos que elegimos, pues en algunos casos pueden resultar muy genéricas y anodinas, dando una imagen muy poco personal. Y por otro, puede que nos demos de bruces con esa foto tan guay que hemos seleccionado en un trabajo que nada tiene que ver con el nuestro.

5. Guardar correctamente los archivos

Esto parece de primero de diseño, pero no es la primera vez que con las prisas se mandan a imprenta fotografías en RGB o se suben a la web imágenes en CMYK. Cada medio tiene sus necesidades y debemos de ser meticulosos a la hora de guardar nuestros archivos en función de su uso final.

6. Relee los textos

Usar el corrector está bien para detectar errores tipográficos pero no nos servirá para encontrar palabras que están bien escritas pero fuera de contexto. Si ya estás hecho al texto que tienes delante, deja que sean otros los que lo lean por ti. Será mucho más fácil que gente que no ha trabajado en el proyecto de con algún error que a ti se te ha pasado por alto.

7. Pide opinión

Al igual que en el punto anterior, es interesante que dejes que otros echen un ojo a tu trabajo, porque pueden encontrar problemas de comprensión que tal vez tú, que lo tienes todo en tu cabeza, no hayas sabido ver.

8. No te dejes llevar por las tendencias

Conocer las tendencias del diseño actual no solo es interesante, sino que debería de ser algo necesario para cualquier diseñador. Pero una cosa es saber lo que está “de moda” y otra seguirlo a pies juntillas. No puedes basar un logotipo en una tendencia concreta del momento, porque te puedes encontrar con una imagen anticuada antes de lo que te imaginas.