Hace unas semanas, mi compañero Ekain escribió un artículo sobre la evolución que vive el diseño gráfico, y al leerlo me sentí muy identificado. Ekain hablaba sobre el diseño y aunque yo no soy diseñador, me di cuenta que el desarrollo web también vive en un cambio constante desde que naciera. Y como todo indica que así seguirá, yo también seguiré siendo alumno para siempre.
Hace pocos meses se han cumplido 30 años desde que se creara el primer sitio web. Ese primer sitio tenía un gran parecido a un documento Word. El texto con tipografía Times New Roman, y unos enlaces.
De ahí a poco tiempo, la organización W3C empezó a trabajar sobre la evolución y estandarización. Siempre ha tenido intención de añadir las herramientas necesarias bajo una estandarización.
Pero las necesidades y desarrollos siempre han ido por delante. Para dejar atrás esas páginas que tenían pinta de Word, al principio las tablas HTML fueron la forma de estructurar los contenidos. Los desarrolladores/as se acostumbraron a ello, y luego costó dejarlo atrás y maquetar solo con capas.
Yendo a tópicos, siempre se ha dicho que entre las personas jóvenes las primeras palabras a la hora de ligar suelen ser:
— ¿Estudias o trabajas?
Yo no lo he vivido esa situación, pero sí que me han preguntado más de una vez la típica pregunta de:
— ¿Cómo maquetas, en tablas o capas?
Ahora que la maquetación por capas tiene poco más de 20 años, seguramente ya no se haga esa pregunta. Señal de que a mi también me pasan los años.
Y es que, como bien recoge el proyecto Wayback Machine, mi primer sitio web es de 2003. Lo hice en modo autodidacta (y sin YouTube). Así, y utilizando un programa que hoy en día para muchos será desconocido: Microsoft FrontPage. ¡Eso sí que era desarrollo descontrolado!
Según creaba sitios web más complejos, me di cuenta de que en vez de crear y cambiar contenidos una y otra vez, tenía que haber alguna forma de hacerlo de forma dinámica. De ahí a 2 años, comencé los estudios de aplicaciones informáticas. Y una vez terminado, completé los estudios especializándome en programación web.
El realizar estos estudios, además de para aprender más, también me sirvió para tener más claro conceptos que ya conocía. Cuando la gente oye Dreamweaver, creo que tienen en la cabeza FrontPage. Yo lo utilicé durante muchos años como programa para desarrollo web. Eso sí, todo por código, por favor.
El XHTML de la época por un lado, y los estilos CSS por otro, estaba preparado para maquetar al milímetro, también incluso para Internet Explorer 6. Y una vez terminados los estudios oficiales, realice las prácticas y empecé a trabajar en una empresa en el año 2008, a las puertas de la crisis.
Aprendí mucho sobre programación PHP. También realizando gestores de contenido a medida (llamados CMS en inglés). Todo era realizable, y todo a medida, de una forma artesanal.
Un compañero de aquella empresa más de una vez comentaba que a ver por qué teníamos que estar inventando una y otra vez la rueda. Yo en ese momento no le entendí demasiado, pero bueno, algo sabría.
De ahí a unos 3 años, la empresa empezó a ir a pique. Unas personas antes y otras después, pero al final todas terminamos en la calle.
En la época del salto al responsive web design obligado por los teléfonos inteligentes, en el sector sonaba cada vez más WordPress. En pocos clic tenías tu web. ¿Sería verdad?
Y en cierta medida, era verdad. Una vez realizada la famosa instalación de WordPress, ya tenías en marcha una bonita web. Y ahora, ¿Cómo realizar los cambios? ¡Esa era la cuestión!
No me refiero a cambios de texto. No me refiero a cambios de fotos. Ni a cambios en el color principal, tipografía, o del estilo. ¿Qué pasaba en esa web que me gustaba, si quería personalizar la página inicial? O si quería mostrar mis servicios?
Pues que en aquel momento no tenía ni idea de como tenía que intervenir en aquel código preinstalado para conseguir lo que quería, eso sí sin romper nada.
Se dice que WordPress tiene una curva de aprendizaje baja, y creo que es verdad. En aquella época trabajaba por mi cuenta, y utilicé WordPress en varios proyectos, además de utilizar esta tecnología para aprender sobre ella también. Mi primer contacto fue en 2012, y aquí también de una forma autodidacta (pero esta vez ya con YouTube), seguramente pasaron 2-3 años hasta que pude decir que entendía cómo funcionaban sus entrañas.
Estamos terminando 2021, y el 99% de mis trabajos los realizo basados en WordPress. Cada año he ido asimilando y aprendiendo nuevos conceptos, y esto no termina.
¿Y si mañana desaparece WordPress?
Pues ya vendrá otra historia. Y ahí también seguiremos aprendiendo y estudiando, ¡hasta el último día!
Foto: Maxwell Nelson