21/09/2018

Webgunea

Es bien sabido que septiembre suele ser un mes adecuado para poner en marcha nuevos proyectos. Con el comienzo del curso nos suelen surgir nuevos propósitos y solemos decidir que es el momento adecuado para dar vida a esas ideas que nos han ido rondando en la cabeza durante los meses de verano. Teniendo en cuenta esa realidad, si el proyecto que te gustaría crear es un proyecto profesional, seguramente enseguida te surgirán nuevas necesidades entorno a la comunicación del mismo. Además, será muy habitual que se te generen dudas y preguntas anteriormente no resueltas, más que nada relacionadas con las herramientas de comunicación que necesitará tu proyecto.

Suele ser muy común abrir una cuenta en alguna red social y, si la cosa va bien, empezar a pensar en palabras mayores como puede ser una página web. Tal y como os hemos comentando en muchas ocasiones, nuestra recomendación es clara en los casos en los que queráis ir un paso más allá:

En lo que concierne a la comunicación, en el centro de un proyecto debería estar siempre una página web. En ella, deberíamos subir un contenido estático, fijo, además de un contenido actualizado con cierta frecuencia. En ella, la persona usuaria no debería toparse con ninguna traba para encontrar fácilmente la información que busca, además de obtener de vez en cuando contenido novedoso. Al fin y al cabo, las redes sociales son muy cambiantes y, si no recogemos en un solo lugar la información esencial de nuestro proyecto, podemos caer en el error de que la persona usuaria no encuentre la información que necesita.

Una vez explicada nuestra postura, ¿qué deberíamos conocer antes de empezar a crear nuestra página web?Aquí os dejamos las cinco claves esenciales:

  1. Servidor: nos ofrecerá el servicio que va a hacer visible nuestra web. Para entender de qué se trata vamos a proceder a compararlo con un teléfono. Imaginemos que decidimos comprar un teléfono. Para empezar a hacer llamadas, necesitaremos contratar antes a alguna empresa que ofrezca dicho servicio. En el caso de las páginas web ocurre lo mismo, para poner en marcha una web y que esta esté visible, será necesario contratar previamente a una empresa proveedora un servidor. En concreto, habrá que contratarle los servicios de hosting (espacio del servidor que nos permitirá subir los archivos de la web y que estos estén visibles) y el dominio o el nombre de la página web (por ejemplo «www.tapuntu.eus»). Por supuesto, habrá que pagarles una cuantía por ello.
  2. Plantillas: por mucho que tengas pensado realizar tu propia web o contratar a alguien para ello, te informamos que existe la posibilidad de comprar un montón de plantillas web que te ayudarán a definir la base y estructura web. Para elegir la plantilla que se ajuste perfectamente a tus necesidades, será necesario que pienses de antemano qué características necesitará tu web, ya que el diseño de la plantilla es algo que se puede modificar por completo más adelante. Gracias a las plantillas el proceso de desarrollo se puede hacer más fácil, aún así  te informamos que no habría problema para realizar una web desde cero sin necesidad de plantillas si así lo deseas.
  3. Contenido: una vez definido el servidor y la estructura de la página web sería recomendable empezar a trabajar el contenido de la misma. A la hora de generarlo, más que tener presente nuestro punto de vista, deberíamos tener presente a la persona usuaria. No se nos puede olvidar que el objetivo será crear una herramienta para poder comunicarnos con ella y para ello necesitaremos tener claro su punto de vista y sus necesidades.
  4. Idiomas: con el contenido definitivo, habrá llegado la hora de pensar el tema de los idiomas que queramos ofrecer. En muchas ocasiones, los proyectos suelen necesitar de ayuda externa y profesional para llevar a cabo las traducciones. En esta ocasión también será vital tener claro cuál es nuestro mercado y qué idiomas utiliza nuestra clientela.
  5. Mantenimineto web: una vez publicada la página web, llegará el momento de pensar si necesitaremos ayuda para mantenerla a futuro. Para ello, deberíamos preguntarnos si seremos capaces de añadir nuevo contenido o secciones a nuestra web, solucionar los problemas que puedan surgir con el servidor o, incluso, si nos vemos capaces de realizar copias de seguridad periódicamente. Si la respuesta es negativa, más nos vale empezar a ponernos en contacto con alguna empresa que se dedique a ello de manera profesional.

Llegados a este punto, ¿te has dado cuenta que tienes mucho trabajo por delante, verdad? Si es así,  estate tranquilo/a, a pesar de que al principio puedas pensar que son conceptos o trabajos un tanto engorrosos, a la larga tendrás claro que trabajaste bien por afianzar las bases de tu página web. Además, si consideras que necesitarías asesoramiento o ayuda para este tema, ya sabes dónde estamos.

¡Muchísima suerte!