11/03/2016

¿Cuantas veces hemos llegado a pensar que una persona exitosa tiene la suerte de su lado? El hecho de pensar que esa persona ha obtenido el premio sin mayor esfuerzo, nos puede llevar a cometer el error de no poner el valor todo el camino recorrido por esa persona con anterioridad.

Hoy venimos a defender la idea que el éxito o el fracaso es un concepto que en mayor medida depende de nuestro esfuerzo. Es decir, si trabajamos duro estaremos más cerca del éxito y viceversa.

En el camino de conseguir resultados positivos, lo primero que tenemos que tener presente es el principio de la coherencia. Es decir, todo lo que pensamos, sentimos y realizamos  tiene que ir de la mano. A parte de ello, deberíamos empezar a otorgar mayor valor al largo plazo y dejar de premiar el corto. En este mundo en el que las prisas son tan habituales, no nos damos cuenta que éstas pueden llegar a ser enemigas de la calidad y de la eficacia. Siendo un error pensar que debemos luchar y esforzarnos solo por los procesos más cercanos.

En el momento que contemos con coherencia y tiempo necesario para realizar las cosas como es debido, será el momento de ponernos en marcha. Para ello, queremos mostraros un método que os puede servir de ayuda tanto en el ámbito personal como profesional.

El método de las 5-P-es:

  1. Pensar: todas las acciones que realizamos durante nuestra vida tienen que tener un sentido.  Muchas veces realizamos las cosas por propia inercia y más adelante sentimos que éstas no tienen ningún sentido o incluso llegamos a sentir algo de incomodidad por algo que no va bien y se nos hace difícil hasta identificar. A parte de ello, solemos tener la costumbre de contar con una serie de hábitos que repetimos continuamente sin tan si quiera llegar a preguntarnos si éstos son eficaces o no. Por tanto, antes de realizar nada, debemos garantizar que establecemos un objetivo inicial que deberá cumplir a su vez estas características:
    1. POSITIVO: tiene que buscar fines de mejora continua, avance y evolución.
    2. REALISTA: es adecuado trabajar en vista a la mejora continua pero siempre debemos de tener en cuenta los recursos con los que contamos y en concordancia, establecer resultados viables.
    3. PLAZO: es imprescindible fijar una fecha de evaluación en la cual se estudiará si la meta fijada ha sido cumplida o hay que establecer mecanismos de mejora.
    4. MEDIBLE: ha de contar con indicadores que permitan medir si hemos conseguido la meta establecida en el tiempo establecido.
    5. CONCRETO: los fines han de ser claros, evitando objetivos generalizados y a ser posible buscando el detalle al máximo.
  2. Priorizar: una vez hayamos definido qué buscamos, llegará el momento de responder a la pregunta de cómo lo buscamos. Será entonces cuando tendremos que definir las estrategias y establecer un orden para las mismas. De la de mayor importancia a la de impacto menor.
  3. Planificar: Debemos saber adquirir el listado de todas las acciones a desarrollar y organizar las mismas. Establecer fechas, recursos necesarios, personas responsables… Además si consideramos que no contamos con suficiente energía, tiempo o aptitudes debemos aprender a delegar la acción en manos de otra persona con mayores capacidades.
  4. Proteger: las acciones de mayor importancia suelen requerir mayor atención. Debemos saber buscar y proteger un tiempo específico para poder desarrollarlas, buscando a su vez un lugar tranquilo y sin distracciones.
  5. Perseverar: este último principio pretende incidir en la importancia de no tirar la toalla incluso en los casos en donde la cosa se pone fea. Teniendo muy clara la idea que el trabajar duro nos hará recoger los frutos en un futuro.

Por tanto, no pierdas más tiempo y corre a diseñar y llevar a cabo tu mapa del tesoro!

¡Mucha suerte en el camino!